Si os soy sincero, no le seguía demasiado la pista a Acadegeddon, un third person shooter totalmente arcade que nace de la mano de los responsables de Predador: Hunting Grounds o Friday the 13th: The Game. Un cooperativo multijugador, que también puede disfrutarse sin problemas en solitario, que se ha inspirado de forma clara en entregas de acción frenética y caótica como Ratchet and Clank y ha pulido la fórmula y estilo visual del juego de Insomniac Games para postularse como uno de los shooters a los que no hay que perder la pista si se es amante de lo arcade y lo que eran, en su momento, las recreativas clásicas.
Acadegeddon se basa enteramente en el salto de niveles constante y en mantener al usuario enganchado a base de desbloqueo de potenciadores, aumentos de dificultad y el introducirle en la cabeza que debe ir creciendo como jugador si quiere lograr alcanzar la meta final, cargándose a todos los enemigos (que no son pocos) con los que se topa y consiguiendo cada vez más mejoras, armas y hacks para que su avatar sea imparable. No he dicho que repesca la esencia de las recreativas clásicas por decir ni a la ligera, sino porque realmente Acadegeddon se siente como un juego de acción clásico, solo que está construido en base, lógicamente, a los gráficos y fórmulas de jugabilidad actuales para que encaje con el público actual a la par que sirve como ejemplo de lo que eran antes esos salones arcade. Y, claro, la clave está en que vas pasando pantallas y, si mueres, vuelta a empezar.
En el título de IIIFonic, que actualmente se encuentra en fase de acceso anticipado para PC y PS5, se nos introduce en directamente en un videojuego (sí, un videojuego dentro de otro, muy meta todo). La historia de la obra cuenta que Gilly, un dueño de un salón de recreativa, ha creado el juego definitivo, pero que por desgracia está siendo atacado por una especie de virus que amenaza con destruirlo. La misión que se te encomienda, lógicamente, es ayudar a Gilly a acabar con ese virus para salvar la máquina. La trama, por decirlo suavemente, está ahí solo para cumplir. Para ser un hilo conductor para que los jugadores no se lancen a la aventura sin tener ningún tipo de contexto sobre el que se están moviendo. No es relevante ni mucho menos tiene peso en la jugabilidad o el avance de los niveles, pero viene bien ver que IIIFonic se ha molestado en intentar añadir algo de narrativa al título y que no solamente sea pegar tiro a diestro y siniestro.
¿Cómo es Arcadegeddon para que me haya flipado tanto?
Yendo al grano: lo tiene todo. Una obra que no se pierde demasiado en tutoriales, ni en introducciones, sino que va a lo que va y te mete casi de golpe (enseñándote antes, claro, cómo funcionan los controles y los diversos elementos que se verán en pantalla) en la acción con muchísimos enemigos por todas partes y con bastantes objetivos variados que cumplir en cada nivel. Arcadegeddon se plantea como un reto, como un juego en el que hay que ir mejorando y progresando el equipo a cada pequeño paso que se da para que se pueda hacer frente a lo que está por venir. No es exactamente un roguelike, pero, vaya, que en muchos aspectos se siente como algunas obras de ese género. Aunque aquí, como ya os conté con mis impresiones sobre Deathloop, se podría hablar largo y tendido de lo que se considera o no un roguelike (algo que explicó el mismo responsable del juego de Arkane Studios en su momento durante el evento especial al que asistimos).
En Arcadegeddon se te suelta, digamos, en una mazmorra con una pistola y un arma cuerpo a cuerpo. A partir de ahí, con un nivel 1, hay que ir eliminando enemigos, obteniendo dinero y experiencia y así ir mejorando nuestro equipo y habilidades poco a poco. Cada vez habrá más tareas que realizar en los diferentes niveles (como llevar piezas de un lado a otro o capturar banderas o puntos calientes) y los soldados y monstruos a los que uno se enfrenta serán más y más poderosos progresivamente. Es un desafío constante que obliga a meter tus cinco sentidos en la pantalla y centrarte solamente en lo que está ocurriendo en el videojuego.
Frenético hasta decir basta
Es casi obligatorio a estas alturas, viendo cómo está el género y cómo el medio está evolucionando, que un third person shooter de las características de Arcadegeddon sea frenético y rápido, y os aseguro que este juego pasa ese aspecto con nota. Se pueden hacer volteras, el típico dash, dobles saltos, hay cambios de arma rapidísimos y un arsenal amplísimo al que meterle mano para no parar de soltar plomo en ningún segundo. La obra no te da apenas un segundo de descanso y ya te está enviando una nueva oleada de enemigos. Solamente se puede descansar en una especie de salas especiales para recuperar munición y vida. Dejando eso a un lado, todo es a saco. Y ya con la opción que ofrece en cooperativo la cosa se desmadra y todo se vuelve un caos.
Es un no parar, tanto en lo vertical como lo horizontal, porque el diseño de niveles de Arcadegeddon obliga a los jugadores a estar moviéndose y explorando cada rincón sin descanso. Más o menos, como comentaba antes, como hace Ratchet and Clank. Insomniac obliga en la aventura del Lombax a tener que estar cambiando de armas constantemente, a estudiar el terreno, a aprovecharse de los elementos del escenario y a realizar movimientos perfectos para esquivar misiles, balas o lo que sea.
Pero hay malas noticias...
Lo peor de todo es que Arcadegeddon no verá la luz de forma oficial hasta 2022, por lo que habrá que tirarse unos cuantos meses disfrutando únicamente de este acceso anticipado que, a decir verdad, es bastante completo, pero aún así se nota que el videojuego tiene mucho más potencial a explotar, y eso da todavía más ganas de querer seguir jugándolo.