El último parche de Valorant ha sido uno de los más importantes que ha recibido el juego a lo largo de los últimos meses. La actualización 4.0 no solo ha sido la responsable de añadir a Neon como nuevo personaje, si no que también introdujo importantes modificaciones a las armas de segundo escalón. Unos ajustes con la que Riot Games trataba de hacer más interesantes las rondas económicas, pero en la que se ‘pasó de rosca’ con una de ellas.
Las críticas de la comunidad al último parche
Como no podía ser de otra forma, hablamos de la Ares. Esta ametralladora ligera disponible a cambio de 1.550 créditos nunca ha estado entre las más utilizadas del título, siendo la Spectre la mejor decisión en su rango de precio. Sin embargo, el aumento en su cadencia de disparo de 10 a 13 balas por segundo ha sido suficiente como para auparla al olimpo del shooter táctico. No solo destaca entre las armas de precio similar, si no que puede mirar a la cara sin miedo a Vandal o Phantom.
Como podemos ver en la jugada compartida por un miembro de la comunidad, la Ares lo pone demasiado fácil para llevarse por delante a los rivales. Con un cargador de cincuenta balas y su elevadísima cadencia, resulta sencillo ganar los duelos uno contra uno. De hecho, el tiempo que tarda esta arma en acabar con los enemigos si impactamos todos los disparos es de 0,307 segundos. Idéntico al de la Vandal e inferior por más de cinco décimas al de la Phantom.
Riot Games no tiene previsto llevar a cabo un ajuste de urgencia pese a los problemas que está causando en las partidas. Desde la desarrolladora prefieren esperar al lanzamiento del parche 4.1. Esta versión llegará a lo largo de la próxima semana y es de esperar que en ella se busque un punto de equilibrio que sustraiga parte del poder de la Ares para evitar que siga dominando el metajuego de Valorant.
Fuente
La pérdida de titularidad de Mixwell no ha sentado nada bien a los aficionados de G2 Esports. Sin embargo, lo hizo todavía peor un gesto del club que buena parte de la comunidad entendieron como una falta de respeto al capitán del equipo.
