A G2 Esports se le atragantó su enfrentamiento ante Fnatic en la última jornada de la máxima competición europea de League of Legends. El conjunto samurái sufrió la derrota más dolorosa de lo que va de LEC ante su eterno rival, que fue capaz de pasar por encima de ellos en todo momento de la partida. Sin embargo, el resultado no ha sido solo producto de lo que hemos visto en la Grieta del Invocador, si no que las condiciones en las que tuvo que jugar el conjunto samurái tuvieron mucho que ver.
Al menos, eso es lo que defienden desde el cuerpo técnico del club. Tanto el manager responsable de la plantilla como Grabbz, entrenador principal, han señalado los problemas de conexión como una de las principales causas de la derrota. El técnico señaló en redes sociales que los problemas están relacionados con la zona de juego: “Antes de la primera semana decidimos jugar desde las oficinas de G2 Esports por problemas de conexión. Después de dos semanas de relativa tranquilidad asumimos el riesgo de volver a la zona favorita de los jugadores”.
Los problemas, además, fueron mucho más graves de lo esperado. Grabbz indicaba en redes sociales que no se trataban de unos pequeños problemas de lag, si no de una pérdida de paquetes constante que impedía la práctica del League of Legends competitivo. En esta situación quiso incidir el manager, que aseguró que había un 40% de pérdida de paquetes y 35ms de jitter (fluctuación de lag) que hacían la partida “injugable”.
Lo cierto es que la suma de ambos problemas es extremadamente desagradable. Cualquier aficionado que juegue a League of Legends sabe que un lag variable y la pérdida de paquetes son mucho más problemáticos que un ping alto. Desde G2 Esports asumen la carga de la culpa por haberse arriesgado y creen que “Fnatic podría haber ganado en una partida normal”, pero se lamentan de no haber podido competir en igualdad de condiciones.
Lo único que no queda claro es por qué el partido no fue suspendido si se ponía en juego la integridad competitiva. Esa pregunta tendrán que resolverla los árbitros encargados de tomar decisones.
El nuevo toplaner de Rogue está demostrando ser un jugador extraordinario. Ya sabíamos que era un veterano en el que se podía confiar, pero esta está siendo una temporada completamente abrumadora por parte del rumano.
