El cambio de nombre de Gods & Monsters hace tan solo unas semanas sorprendió a propios y extraños. La marca original de Ubisoft era mucho más potente que como se ha acabado llamando el juego: Immortals Fenyx Rising.
El título llegará con este título el próximo 3 de diciembre tanto a PS4, Xbox One y PC, los sospechosos habituales, como a la nueva generación de consolas, es decir, PS5 y Xbox Series.
Parece que la razón por la que se ha cambiado el nombre del juego no es creativa, sino que responde simplemente a las reclamaciones y leyes de nuestro mundo sobre la palabra Monsters.
Parece que tras pedir registrar Ubisoft la marca Gods & Monsters, la compañía de bebidas energéticas Monster presentó una reclamación porque podría afectar a su imagen de marca, sobre todo debido a que Monster está invirtiendo en videojuegos, con montones de colaboraciones cruzadas con juegos como Death Stranding, Halo Infinite, Call of Duty...
Estaréis pensando que "Hay montones de juegos con la palabra Monster" incluyendo por ejemplo a la celebérrima serie Monster Hunter... Y sí, eso también lo pensó y alegó Ubisoft ante la reclamación de Monster. Tras esto Techraptor comenta que las compañías volvieron a reunirse durante el verano, llegando a un acuerdo mutuo, que todavía es confidencial, que incluiría el cambio de título del juego por Immortals: Fenyx Rising, por mucho que este título sea mucho menos potente que el anterior.
No hay declaraciones oficiales ni de Monsters, ni tampoco de Ubisoft, pero el proceso legal que os hemos narrado podéis encontrarlo registrado aquí.
Solo nos queda esperar a que llegue este esperado lanzamiento de aventuras, exploración y acción que pudimos probar hace tan solo unas semanas durante 3 horas. Si queréis saber más sobre Immortals: Fenyx Rising, podéis encontrar nuestro extenso avance justo bajo estas mismas líneas.
El juego antes conocido como Gods & Monsters ha pasado a llamarse Immortals: Fenyx Rising, y es una aventura de exploración en un gigantesco mundo abierto que recuerda por momentos a Zelda: Breath of the Wild, pero consigue mantener sus propias señas de identidad en lo jugable y con su ambientación.
