Todas las pistas apuntan a que Xbox Live Gold va a desaparecer del mapa. Que dejaremos de necesitar estar suscritos a este servicio de Microsoft a partir de una fecha próxima para jugar nuestras partidas online.
Esta misma mañana aparecía la noticia de que Microsoft estaba transformando las suscripciones de Xbox Live Gold en suscripciones de Xbox Game Pass Ultimate, lo que es signo inequívoco de la transición en los servicios online de las consolas Xbox.
Por un lado, hasta ahora, Xbox Live Gold daba acceso a los servicios online de todos los juegos de las consolas Xbox, fueran free to play o de pago. Además, ofrecían cada mes una serie de juegos (en una espiral de calidad descendente) de forma completamente gratuita con la suscripción.
Por otra parte está Xbox Game Pass, o simplemente Game Pass. Este servicio ofrece dos niveles: juegos bajo demanda en consolas Xbox o juegos bajo demanda para consolas Xbox y PC. Además, a partir de septiembre, Game Pass Ultimate también ofrecerá el servicio de juegos en la nube hasta ahora conocido como Project XCloud.
Xbox Live Gold cuesta actualmente 6.99€ al mes. Game Pass Ultimate 12.99€ al mes.
Game Pass Ultimate, el movimiento maestro de Microsoft
Hay un total de 95 millones de usuarios apuntados a Xbox Live Gold, según estimaciones. Mientras, en Microsoft anunciaron en abril que Game Pass contaba por aquel entonces con 10 millones de suscriptores.
Si nos ponemos en la piel de Microsoft: ¿Cómo aumentar los beneficios? La respuesta es simple: aumentar los suscriptores al servicio más caro... Y ese es Game Pass Ultimate. De esta forma, si Microsoft 'cerrase' Xbox Live Gold y obligara a tener Game Pass Ultimate para acceder al juego online con títulos de pago, ganaría suscriptores, que además recibirían más contenidos y beneficios por algo más de dinero.
Si Microsoft decidiera hacer completamente gratuito el juego online en los sistemas de Xbox, como ya pasa con los juegos de PC o de móviles, trasformando las suscripciones restantes a meses de Game Pass, el potencial también sería alto para captar nuevos clientes, ya que probarían durante varios meses los servicios crecientes de Game Pass: juegos gratis y novedosos y Project XCloud. Lo más seguro es que un buen porcentaje de esos 95% se quedara en el servicio. Lo que, a la larga, supondría mucho dinero para Microsoft.
Y del lado de los usuarios, ¿qué?
Se eliminaría un servicio, a costa de otro. Los suscriptores de Ultimate no perderían, ni ganarían, pero la base de Game Pass se ampliaría, lo que redundaría en la calidad del servicio. Sin embargo, los que solo están suscritos a Xbox Live Gold, si tuvieran que pasarse a Ultimate para jugar a sus juegos favoritos online, sí que se verían obligados a pagar más. Pasarían de pagar 6.99€ al mes a cerca del doble, 12.99€. Y aquí está el dilema que nos hace dudar sobre si Gold estará incluido para siempre en Ultimate, o si realmente desaparecerá y el juego quedará abierto.
Si es esta última opción, queda claro que Microsoft gana, porque habrá más gente suscrita a su servicio más caro. También gana engagement con su marca, ya que no necesitaremos suscripción para jugar a los juegos que ya tengamos o compremos (o los free to play como lo será el multijugador de Halo Infinite). La pérdida potencial de 95 millones de usuarios es un golpe duro, pero Microsoft confía en su servicio... Y todos sabemos que Game Pass es el futuro. Así que confiamos en que Microsoft acierte con la tecla de la transición...
Que atisbamos se hará real el mismo mes de septiembre.
Tal y como se venía comentando en los pasados días, Microsoft parece que está más decidida que nunca a terminar con su servicio de Xbox Live y pasar a todos los usuarios a Xbox Game Pass, para unificarlos bajo un mismo techo.
