¿Sabéis esos momentos cuando erais más jóvenes y la única preocupación era sacarte la mayor racha de bajas en el Modern Warfare 3? Esa sensación de no estar agobiado por nada, que tu único problema era sacar el examen de matemáticas de 3º de la ESO que tanto te molestaba y que verano era una verdadera odisea de felicidad para todos junto a las navidades. Ahora, intentas acceder a esos recuerdos o intentas rejugar esos títulos que amabas de joven y dices, "no sé cómo me gustaba tanto este juego si en realidad no es nada del otro mundo".
Eso, exactamente eso, es lo que me transmite Saints Row. El reboot de una saga mítica desarrollada por Deep Silver vuelve a la carga para vendernos una experiencia novedosa, divertida y macarra, pero que acaba convirtiéndose en una retahíla de misiones que, si bien son bastante divertidas, no terminan de encajar del todo con los tiempos que corren. Y no, no lo digo por el humor o la "generación de ofendidos" que supuestamente somos, sino de sensación al jugar e inmersión en su mundo.
Un juego de 2012 con todo lo bueno y lo malo que conlleva
Si tengo que definir el juego con una sola palabra o concepto, elegiría sin lugar a dudas el 2012. Este año fue una verdadera locura en cuanto a impacto social de las redes, con la puesta a punto de las consolas de nueva generación que en aquel momento eran PS4 y Xbox One. El Rubius comenzaba a aparecer en todos lados y el fenómeno de las series era cada vez más y más grande con Juego de Tronos, Breaking Bad y The Walking Dead a la cabeza.
Todo era mucho más sencillo y no nos importaba, y cuando hablamos de juegos de mundo abierto de la época, se nos vienen a la cabeza obras como GTA V, Sleeping Dogs, Far Cry 3 o Watch Dogs. Y es que a excepción de unos pocos, jugar a algunos de estos juegos en la actualidad se vuelve tedioso, incómodo e incluso aburrido en algunas ocasiones. Este es mi gran problema con Saints Row; parece que no han evolucionado en nada de lo que se proponen mecánicamente hablando: La forma en que corres no es del todo satisfactoria, los movimientos con las armas están desfasadas y las físicas, aún sabiendo como son por el juego que es, están bastante lejos de ser algo a la altura.
El humor se mantiene, pero la locura se frena
Saints Row IV empieza de una manera absurda pero efectiva: Eres el presidente de los Estados Unidos y tienes que salvar al país de un cohete asesino a ritmo de I Don't Want to Miss a Thing de Aerosmith. En este reboot, empiezas como un autónomo que intenta hacerse hueco en un mundo repleto de corrupción y lujuria, llegando a colaborar con amigos para llegar a ser el jefe de la ciudad desértica de Santo Ileso.
En las primeras cinco horas de introducción antes de entrar en las ramificaciones de diferentes tramas, el juego se vuelve repetitivo, pero una vez acabas esa parte llegas a un momento bastante dulce del juego. Porque no todo va a ser malo: Las misiones han mejorado bastante respecto a otras entregas y me parece brutal la manera en la que se vuelven cada vez más locas. Pero si hay algo que me encanta es su humor y sarcasmo hacia diferentes conceptos o grupos en la actualidad.
Saints Row entiende perfectamente como hacer humor sin ser rancio, algo que otras entregas no saben hacer, a través de diferentes gags y detalles que me fascinan. Existe una trama completa (Que por desgracia no pude acabar porque el juego se me cerraba cuando la iba a terminar), que gira alrededor de una partida de rol gigantesca y que muestra perfectamente los niveles de exageración de algunos para poder ser aceptados.
Hay algo en especial que me faltó en esta entrega y que marca la diferencia de otros mundos abiertos de este tipo: La locura propia de Saints Row. Tanto en la tercera como cuarta entrega, existían armas loquísimas que aunque no fuesen del todo útiles, nos divertían demasiado utilizarlas. Tener un arma cuerpo a cuerpo con forma de ya sabemos qué, una ametralladora estúpidamente grande con la bandera de EEUU en el lomo o la legendaria dubstepadora no son cosas que veamos en esta nueva entrega.
Existen armas y vehículos muy originales que dan una vuelta de tuerca a la normalidad que tiene el juego, pero no hay nada descabelladamente loco o que cause el caos una vez las utilicemos. Me ha faltado ese toque loco y bizarro que tanto me gustaba en las anteriores entregas.
La música, un gran aliciente a la hora de pegar tiros
Otro de los grandes atractivos que siempre ha tenido Saints Row ha sido el tema de la música. Tal y como he mencionado anteriormente en la cuarta entrega, para este reboot el juego nos tiene varias sorpresas preparadas. Eso si, estos momentos ya no estarán predominados por música de los 80/90, sino que será puro hip hop que te inyectará una enorme cantidad de adrenalina en según que situaciones.
Desde Onyx, leyendas del Hip Hop, hasta Rosalia con J Balvin, pasando por rancheras que nos transportan a Nuevo México y una sensación de alegría que siempre se nos viene a la cabeza al escuchar todas esas canciones. Y, aunque sea una pequeña tontería, en este apartado sonoro me gustaría añadir un sonido que me pareció extremadamente satisfactorio: El impacto de las balas en la cabeza. Parece sádico decir eso, pero en un juego donde el mundo ya está loco de por si, qué menos que encontrar ese gustirrinín en esos momentos tan bizarros.
Un mundo abierto a la vieja ausanza
El mundo abierto de este juego es... Simple; muy simple; demasiado creo yo. La estructura del mapa es un refrito de otro refrito y en ningún momento Santo Ileso te llama la atención ni te incita a explorar por ti mismo. Simplemente debes ir del punto A al punto B porque te lo dice la misión o porque hay un punto en ese lugar que debes limpiar porque tienes TOC y quieres el mapa limpio de iconos. Si te gusta esta estructura te encantará, eso si, pero habiendo jugado a tanto mundo abierto igual... Ya cansa.
A la hora de montar un negocio para ganar dinero para nuestro club, el planteamiento es demasiado sencillo: Escoges un lugar, construyes, ayudas a que saques el máximo beneficio a través de misiones marcadas en el mapa y para el siguiente negocio (Sin contar que algunos establecimientos se basan en hacer la misma misión una y otra vez).
Un gigante con pies de barro
Por último pero no mucho menos importante, quiero hacer hincapié en algo muy importante: Da igual que tengas una buena historia, trama o grandes personajes, si el núcleo mecánico del juego no funciona bien, tendrás un gran problema a la hora de hacer un título decente. Al parecido ocurrió a mi parecer con Cyberpunk (Aunque a nivel narrativo sea una verdadera locura en comparación a este) en sus inicios: Tiene fallos tan básicos de programación que se te hace extraño pensar que el juego está totalmente terminado.
La IA enemiga es pobre, las físicas están absurdamente desbalanceadas y el mundo que te rodea muy pocas veces te da la sensación de que es algo real y no un puchero de estructuras que están puestas de forma aleatoria para crear una ciudad que intente abarcarlo todo. Si bien pueden mejorar algunas mecánicas pequeñas con cambios sutiles, la base del juego es inamovible y, por desgracia, habrá cosas que serán imposibles de arreglar y que espero corrijan para la siguiente entrega. Saints Row merece mucho más.
Ficha Completa
- Título: Saints Row
- Desarrolla: Deep Silver Volition
- Distribuye: Koei Tecmo
- Idioma: Textos en español
- Fecha de lanzamiento: 23 de agosto de 2022
- Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC
- Precio: 59,99 € / 69,99 € (consolas)