Después de haberme pasado Kirby y la tierra olvidada, tengo claro que va a ser uno de esos juegos que recordaré con cariño incluso cuando hayan pasado unos años. No solo por su calidad, que también. Ni por su melodía principal, que me ha acompañado durante muchas horas y es pegadiza como ella sola. Ha sido una experiencia que he compartido jugando con mi sobrina de 11 años, pasándonos el mando entre fase y fase. Cuando tocaba hacer frente a uno de los bosses del juego, me tocaba a mí luchar duro. Pero cuando se trataba de la exploración y de encontrar objetos ocultos, he descubierto que tiene un ojo clínico para intuir dónde se pueden encontrar. Como tío nerd, estoy muy orgulloso de que está siguiendo mis pasos.
No voy a descubrir yo a estas alturas lo que es la magia de Nintendo, pero creo que precisamente la define lo que os cuento en el párrafo anterior. Que un juego sepa calar tan hondo entre generaciones tan distintas y con varios años de diferencia, es una muestra fehaciente de su talento innato para este tipo de creaciones. A los dos nos brillaban los ojos jugando, y nos divertíamos como pocas veces tanto sacando partido a su cooperativo, como incluso simplemente viendo cómo jugaba el otro.
Kirby al rescate
Desde el primer tráiler del juego ya se podía ver que iba a rezumar carisma. Precisamente, una de las principales novedades de la aventura, es lo que más sensación ha causado en las redes. Hablo de un aspecto que ya destacamos en las primeras impresiones del juego, y que es la denominada transmorfosis. La capacidad de esta adorable pelota rosa que le permite convertirse en numerosos objetos del escenario, y es la base sobre la que se sustenta el desarrollo de la aventura, aprovechando al máximo un diseño de niveles que encaja como un guante en esta concepción.
La premisa principal de Kirby y la tierra olvidada nos lleva, inicialmente, a un mundo que pinta a post-apocalíptico, y que contrasta con el colorido que esperamos en estos juegos; aunque obviamente está presente y nos hace tener una visión diferente de un mundo en caos. A medida que avanzamos por los diversos mundos que componen la aventura, tenemos que profundizar en otras localizaciones, que nos llevan a montañas heladas, volcanes o parques de atracciones. Todo para rescatar del lugar a los Waddle Dees que se han quedado apresados, y que necesitamos para hacer una reconstrucción que permita un regreso a la normalidad en este universo mágico de estridentes colores pastel.
Un Cappy incorporado
Para ello, volvemos a la premisa inicial de que Kirby debe usar sus enormes tragaderas para mostrarnos un ejercicio de diseño de niveles fabuloso. La transmorfosis de nuestro protagonista tiene dos variantes que se abrazan a medida que avanzamos. Por un lado, podemos absorber a los enemigos para hacernos con sus poderes. De esta forma, los usaremos como nuestro inventario particular y cambiante, pudiendo usar espadas, lanzar bombas, hechizos de fuego y hielo y otras cuántas sorpresas de lo más interesantes. Esto, no solo sirve para acabar con otros enemigos, sino para resolver algunos de los rompecabezas que nos presenta cada nivel, por lo que tendremos que interiorizar las mecánicas si queremos rescatar a los Waddle Dees, ya que muchos de ellos están bastante ocultos.
Por otro lado, y como hemos visto en vídeos, Kirby puede transformarse en momentos puntuales en objetos de lo más curiosos, como máquinas de refresco, conos o vehículos. Estas habilidades solo pueden utilizarse en momentos puntuales para avanzar en ciertas zonas o también para acceder a zonas ocultas de los escenarios; que si bien no son abiertos, tienen muchos secretos. Es cierto que esta opción está más limitada que, por ejemplo, el uso de Cappy en Super Mario Galaxy, pero esas reminiscencias, aunque sea en un marco más lineal, resultan gratificantes y aportan un empaque distintivo a la experiencia.
Sí que es cierto que el diseño de niveles, a pesar de ser muy bueno en su estilo, se queda algo lejos de otros juegos como el mencionado Super Mario Odyssey, con el que es casi inevitable la comparativa por el hecho de ser dos iconos de Nintendo y por las semejanzas en el tema de las transformaciones. Aquí resulta todo mucho más lineal y, más allá de explorar recovecos en cada fase, no tenemos zonas interconectadas al nivel de las que vimos en el juego del fontanero que acompañó el lanzamiento de Switch hace más de cinco años. Es verdad que Kirby no pretende ser Mario, pero puede que os sirva de referencia que para esta aventura han optado por un desarrollo más conservador, y eso puede que os deje fríos en primera instancia. De hecho, yo sentí entre el primer y el segundo mundo que la fórmula se había agotado y tenía miedo por el resto de niveles, pero después el título remonta sustancialmente en ese aspecto, sin salirse de los parámetros que mencionamos, más modestos y cumplidores que avasalladores.
Pero, ojo, que una de las cosas que me ha sorprendido de Kirby y la tierra olvidada es que hay mucho lugar para la acción, en épicos combates contra imponentes jefes finales. Algunos, con poco que envidiar a juegos como Elden Ring o Bayonetta por momentos; saltando, obviamente las distancias de estilos. Lo curioso es que estas batallas solemos encararlas "a ciegas". Los bosses tienen sus debilidades, pero dependiendo de qué habilidad hayamos escogido lo tendremos más fácil o más difícil. Y si recibimos impactos podemos llegar a perderlas por completo, teniendo que utilizar unas estrellas a absorber para usarlas de armas arrojadizas con la boca de Kirby. Vamos, que a pesar de su tono apacible, el juego nos pone a prueba por momentos, y resulta muy divertido aprovechar la variedad de opciones que tenemos a nuestra disposición para ir alternando y probando cada vez que entremos en una nueva fase.
Un centro de operaciones adictivo
A medida que rescatamos Waddle Dees del mundo, irán construyendo más opciones en su ciudad que, al mismo tiempo, nos sirve de base de operaciones en la aventura. Cuantos más haya, más localizaciones tendremos presentes para echar un rato libre en un juego que tiene más opciones que su propia historia principal. Desde una armería para mejorar o evolucionar las habilidades del juego, hasta la posibilidad de pescar, hacer de camareros en un restaurante o luchar en el coliseo para ponernos a prueba y enfrentarnos, de nuevo, a algunos de los enemigos más poderosos de la historia principal; y a alguna otra sorpresa para los fans de la saga. Ah, y además también tenemos las fases de "Rutas del tesoro", que nos ponen en pruebas contrarreloj en las que exprimir las habilidades, y que necesitaremos para obtener recompensas que nos ayuden a evolucionar al personaje.
Vamos, que si os preocupa la duración del juego, ya os aseguro que hay mucho por hacer. Incluso sorpresas que no podemos revelar que os harán seguir jugando cuando penséis que todo ha acabado. Además está la tarea de rescatar a todos los Waddle Dees, que será casi imposible en la primera partida, ya que algunos se encuentran haciendo tareas secundarias que el juego no nos indica; lo hace cuando completamos la fase por primera vez. Así que, o las encontráis de casualidad, que también puede ocurrir si tenéis alma exploradora, o tendréis que repetir niveles en más de una ocasión; algo que, en este caso, tampoco es malo.
Antes lo hemos mencionado por encima, pero quiero profundizar un poquito más en el cooperativo del juego, que sin duda es una opción muy divertida para jugar en compañía. Pero también creo que se le podía haber sacado más partido. El jugador 2 no tiene el control de Kirby, sino de otro aliado que no tiene ni la capacidad de absorber poderes ni de poder transformarse en otros objetos; sus opciones simplemente se limitan a poder lanzar unos cuántos ataques, como si fuera un apoyo. Eso desequilibra la balanza y es algo habitual de las opciones cooperativas en los juegos de Nintendo. Entiendo que de otra forma se "rompería" la experiencia que quieren transmitir, pero no añadir opciones equitativas hacen que nos preguntemos el sentido del cooperativo, más allá de que sea cara a la galería.
Ficha técnica
Título: Kirby y la Tierra Olvidada
Desarrolla: Nintendo
Distribuye: Nintendo
Idioma: Voces y textos en español
Fecha de lanzamiento: 25 de marzo de 2022
Plataformas: Nintendo Switch
Precio: 59,99 euros
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