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Análisis de Yakuza: Like a Dragon para PS4, Xbox One y PC - El salto perfecto del beat'em up al JRPG

Análisis de Yakuza: Like a Dragon para PS4, Xbox One y PC - El salto perfecto del beat'em up al JRPG

SEGA presenta la séptima entrega de la saga Yakuza, Yakuza: Like a Dragon, que llega para cambiar las bases de acción de anteriores entregas y transformarse en un JPRG de corte clásico, pero centrado en el mundo actual y no en los monstruos ni la mitología.

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Son interesantes los derroteros que ha tomado la saga Yakuza. Este mismo año, concretamente en marzo, llegó uno de los lanzamientos más esperados en todo el mundo: Final Fantasy VII Remake. La obra Square Enix, sin embargo, a pesar de ser una de las más esperadas por el grueso de seguidores de Final Fantasy y, en concreto, por los acérrimos amantes de la séptima entrega en particular, llegó con cierta polémica por un simple motivo: el cambio del sistema de combate. El remake de Final Fantasy VII lo que buscaba era adecuarse a los videojuegos actuales e intentar encajar mejor en el cuadro contemporáneo de los títulos de acción. Los jugadores ya no buscan tanto experiencias pausadas y por turnos, sino juegos que les permitan explotar al máximo las capacidades técnicas de una consola y que ofrezcan mucho movimiento y acción a raudales.

De entre otros motivos, ese fue el principal motivo por el que se modificó ese estilo de combates de JRPG de Final Fantasy VII a, prácticamente, un hack and slash en el que machacar botones a diestro y siniestro son lo básico para poder hacer frente a los jefes finales, de zona y a los diversos enemigos con los que nos vayamos topando en nuestra aventura. Con esto no estamos diciendo que los JPRG estén obsoletos o que sea imposible ahora mismo que los jugadores abracen este tipo de obras y que puedan triunfar como lo hacían antaño. Por descontado que es posible. Más bien nos referimos a que ha habido una evolución en los géneros y ahora, casi todos ellos, han realizado pequeñas variaciones en sus ecuaciones para adaptarse mejor a los tiempos que corren y las demandas que más abundan en el mercado.

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Es por ello por lo que, al inicio del análisis, decíamos aquello de que son curiosos los caminos por los que ha optado la última entrega de la saga Yakuza. SEGA ya tenía los ingredientes perfectos para continuar triunfando como hasta ahora, tanto en Occidente (aunque aquí un poco tarde) como en Oriente. Yakuza siempre ha sido una saga que se caracteriza por su desenfrenada acción y su aventura alocada con las mafias japonesas. Mamporros y guantazos a diestro y siniestro y por los cuatro costados de la pantalla. El sistema de combate que ansiaba Final Fantasy VII Remake ya lo tenía Yakuza incorporado en su ADN (no exactamente igual, no lo tememos todo al pie de la letra) desde que nació, allá por 2006.

Ahora, con Yakuza: Like a Dragon, la séptima parte de la historia que funciona totalmente aparte del resto (y es por ello es perfecta para iniciarse) cambia las reglas y transforma toda esa acción libre a puñetazos sin turnos en una obra estilo JRPG. Aquí ya no se vale aquello de pegar sin freno y machacar el mando, en esta entrega toca cambiar el chip y hay que plantear estrategias para derrotar a los otros miembros de la Yakuza que nos encontramos a nuestro paso. Yakuza: Like a Dragon, pues, se convierte en la entrega más única de la saga y la que podría marcar un punto y aparte en el futuro de la misma.

Un Yakuza en toda regla

La historia nos pondrá en la piel de Ichiban Kasuga, un miembro de una pequeña familia de mafiosos que se ve enzarzado en una situación límite y es condenado a 18 años de prisión por asesinato de un crimen que no cometió. Después de casi dos décadas, Ichiban debe reincorporarse a una sociedad que desconoce y que le resulta bastante repulsiva. Los tiempos han cambiado y ahora nada funciona igual que antes, Ichiban debe hacer frente a este “nuevo mundo” e intentar recuperar su vida. Y hasta aquí vamos a leer acerca de la historia para no destripar absolutamente nada, puesto que Yakuza: Like a Dragon, igual que anteriores entregas, tiene más giros de guion de los que podemos contar y nada es lo que parece.

Hay mil y un personajes que entran y salen de escena y, muchos de ellos, son relevantes para el desarrollo de la trama principal, pero otros tantos son solo secundarios capaces de dejarnos huellas imborrables cada vez que recordemos esta entrega de la saga. Por supuesto, además de las misiones principales que todo juego tiene, también encontraremos un buen puñado de secundarias que terminan siendo incluso más interesantes que las principales en varias ocasiones.

Podremos deambular libremente por Yokohama y descubrir que los clásicos minijuegos de la saga siguen intactos, así como también los restaurantes y otros establecimientos que podremos visitar para descansar un poco de la trama principal y tomarnos un agradable descanso realizando todo tipo de actividades en este Yakuza: Like a Dragon. En este sentido, la saga sigue exactamente igual y permite que el jugador pueda realizar lo que le venga en gana, siempre y cuando estemos sueltos por la ciudad, y pueda invertir todas las horas del mundo. Estando esto en perfecto estado y sin demasiados cambios, vamos a lo que interesa: el cambio de combate.

¿Cómo se siente pegar tortazos por turnos aquí?

Sinceramente, y yendo directos al grano, lo cierto es que se siente de maravilla. No esperábamos para nada que Yakuza: Like a Dragon nos entrase tan bien como JRPG, y es que como ya os hemos explicado hasta la fecha la clave aquí era machacar el mando para destrozar a nuestros rivales de las formas más salvajes posibles, pero ahora todo eso ha cambiado y los combates son de ritmo un tanto más pausado, con más estrategia de por medio y con más cuidado. ¿Con más cuidado? Sí, porque aquí si nos encontramos a un rival grande y fuerte, es grande y fuerte de verdad y no hay ni trampa ni cartón. Podemos intentar esquivar alguno de sus ataques, pero no lo haremos con todos. Los enfrentamientos son mucho más directos y duros que antes, porque solamente podemos atacar una vez por turno y luego toca recibir.

Se acabó aquello de no dejar que los enemigos se levanten del suelo mientras nosotros les pisamos el cuello. Es como si (y leed esto en clave de comedia) los combates se hubieran vuelto mucho más “educados” y, después de pegar al rival, le damos a él la oportunidad de devolvernos el golpe para que las cosas estén un poco más igualadas. Al principio, todo sea dicho, resulta un tanto chocante encontrarnos con un sistema de combate de este corte en Yakuza, pero también os decimos que la curva de aprendizaje y adaptación es muy corta y enseguida nos hacemos a todo lo que plantea esta nueva entrega en este ámbito.

Gameplay del Tokyo Game Show 2019.

Con todo, tampoco os imaginéis que os estamos hablando de combates lentos y con poca dinámica, porque el equipo de SEGA ha intentado recopilar toda esa acción de anteriores entregas para trasladarla al sistema por turnos. Y ha sido todo un éxito. En mitad de los combates, nuestro personaje puede coger objetos que haya cerca (conos, cubos, bicis, etc) y golpear a los enemigos que tenga delante. Se pueden “bloquear” los ataques del enemigo si pulamos el botón de defensa (dependiendo de la plataforma en la que juguemos) justo en el momento en el que nos está atacando. Se pueden hacer ataques en grupo, invocaciones (que aquí se traducen como “Mercenarios”), aprender nuevos ataques y magias, etc.

Es decir, que se sigue sintiendo como un Yakuza, solo que ahora no podemos aporrear tanto como queramos y debemos tener paciencia. Pero los combos, palizas y demás sigue estando muy vivo en Yakuza: Like a Dragon. Eso sí, puede que los no seáis muy seguidores del género y no estéis acostumbrados a atiborraros de puntos de experiencia para subir de nivel y afrontar mejor los jefes de zona y raids que hay por los diferentes capítulos, puede que se os haga un poco cuesta arriba el hecho de tener que acostumbraros a esto. Además, también deberemos comprarnos y conseguir objetos para mejorar nuestra armadura, poder, fuerza, resistencia y todo lo demás. Repetimos: es un JRPG en toda regla, por lo que hay que trasladar todo que sabemos, por ejemplo, de Final Fantasy para tener éxito aquí.

Eso sí, el que sea un JRPG centrado en la actualidad le da cierto toque de humor y lo conecta mucho mejor con el jugador. Aquí no estamos en ambientes medievales o futuristas, sino en la más pura de las realidades. En Yakuza: Like a Dragon no hay espadas legendarias ni armaduras míticas de monstruos o héroes que han pasado por la historia. Lo que encontraremos son chaquetas y piezas de ropa que nos servirán como protección. Tuberías, palos y bates como armas principales. Habilidades “mágicas” que consisten en llamar a palomas tirando migas de pan a los enemigos para que lo abatan en el acto. Yakuza tiene muy presente con qué público debe conectar y juega con ello para ser más atractivo, tanto a nivel jugable como a nivel visual. Y ya que mencionados el apartado visual, vamos a hablar sobre cómo luce el juego.

Yakuza: Like a Dragon, una serie de mafias firmada por SEGA

En lo que respecta a ese apartado técnico y gráfico, podéis estar muy tranquilos, porque Yakuza: Like a Dragon luce espectacularmente bien y se plasma con un nivel de cinematografía que bien podría reproducirse en una gran pantalla. Aunque más bien sería algo que veríamos como una serie de televisión debido a la extensa duración de sus cinemáticas y las diversas aventuras que vive el grupo de protagonistas si tenemos en cuenta las misiones principales y secundarias a las que se ven sometidos.

Los combates, incluso, saltan en tiempo real al mismo escenario y no se toman la molestia, como generalmente hace cualquier otro JPRG común, de cambiar de escenario. Los personajes se mantienen en el mismo lugar en el que se ha arrancado la pelea y el escenario se torna interactivo, como os comentábamos anteriormente por el hecho de que se pueden recoger objetos y destrozar elementos decorativos. Esos saltos entre cinemática y combates están perfectamente entrelazados, pero el problema viene cuando aparecen los tiempos de carga del juego.

Está claro que Yakuza: Like a Dragon, en mayor o menor medida, ha sido bastante adaptado para la siguiente generación de consolas, donde apenas tendremos tiempos de carga según nos han contando Microsoft y Sony desde hace meses. Sin embargo, cuando jugamos en la generación actual, esto es, PS4 y Xbox One, los tiempos de carga se tornan un tanto extensos y corta mucho el ritmo de la historia y de la acción. No exageramos cuando os decimos que hemos tenido tiempo de ir a la cocina, entre carga y carga, para buscar algo de picoteo o un café para continuar con la sesión de juego.

Como decíamos, teniendo ahora casi a nuestro alcance PS5 y Xbox Series X/S, es claro que todo esto apenas se va a notar cuando juguemos en esos sistemas, pero en la actual generación es un poco pedante tener que esperar tantísimo entre escena y escena para poder continuar jugando. Y más en un título donde hay cinemáticas hasta decir basta. En ocasiones hasta hemos pasado más tiempo con las manos simplemente sujetando el mando, que jugando. Este es el gran pero que se le puede poner a Yakuza: Like a Dragon, por lo que realmente la balanza sigue estando muy inclinada a favor de la nueva obra de la saga.

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Yakuza: Like a Dragon, en resumidas cuentas, nos ha maravillado. Una vuelta de tuerca a una saga que principalmente ha sido siempre beat'em up cargada de acción transformada ahora en un puro JRPG, pero adaptado al mundo real rechazando las fórmulas fantásticas habituales de ese género. La historia de Ichiban Kasuga es perfecta para iniciarse y engancharse a esta séptima entrega, que mantiene el frescor y ADN de anteriores obras de Yakuza. Eso sí, cuidado con los tiepos de carga porque se hacen interminables en algunas ocasiones.

Los escenarios, los gráficos y la representación de Yokohama.
Perfecto para iniciarse en la saga desde cero.
El sistema de combate, aun cambiando, es una gozada.
El humor que se sigue respirando en cada rincón.
Los tiempos de carga en actual generación son eternos.
Puede hacerse cuesta arriba para los no acostumbrados a los JRPG.
Algún bajón puntual de FPS.

La ficha completa

  • Título: Yakuza: Like a Dragon
  • Plataformas: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series y PC
  • Desarrollo: Sega
  • Fecha de lanzamiento: 10 de noviembre de 2020 en PS4, Xbox One, Xbox Series y PC. 2 de marzo de 2021 en PS5.
  • Precio: 59,99 €
Comentario
Mogrovejo Xavi
Xavi Mogrovejo

Cor Petit.

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