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Análisis de Rock of Ages III para PS4, Xbox One, Switch Y PC - Arrasando por la vida

Análisis de Rock of Ages III para PS4, Xbox One, Switch Y PC - Arrasando por la vida

Y también construyendo, que todo tiene su momento.

70
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¿Sabéis esas tardes de verano con un calor de mil pares de co...gollos y en las que nos dedicamos a despegar la espalda del sillón provocando sonido de velcro? Esas, en las que uno empieza a pensar “a qué juego”, y cuando una Victoria Magistral requiere demasiado esfuerzo y pensamos… ¿y qué tal si pongo un juego en el que una bola enorme se estampa contra la puerta de un castillo? Claro que sí, eso le gusta a todo el mundo. Bienvenidos a Rock of Ages III, un juego en el que vamos a controlar esa bola para asegurarnos de que nuestro ataque sea certero, además de suponer una gran oportunidad para los fans de la estrategia de echar una canita al aire con un producto que no se parece en nada a lo que suelen frecuentar. Por supuesto, como el número en el título indica, se trata de la tercera entrega de una serie que claramente está enfocada al humor, y aquí no es para menos. Venga vamos, ¡que viene Polifemo!

Rock of Ages III es una mezcla espléndida en lo que podríamos llamar “estilo descafeinado” (que no por ello exento de dificultad). Si echamos en un bol un poco de arcade y de tower defense, el resultado es un título de los que echa las bolas a rodar. Literalmente. Es una saga que, prácticamente, se ha vuelto de culto. ¿Por qué? Todo el que se atreve a hacer algo diferente descubre el gusto de un grupo de la comunidad. Y eso ha pasado con esta clase de juegos. Como cabe esperar, bañado todo por un humor exagerado, vamos a explorar diversos momentos de la historia (ambientados de manera simpática) y todos tendrán la misma salida: o destrozar o proteger. Y es que vamos a hablar de los dos tipos de niveles que hay en el juego: los de hacer rodar la bola (tridimensional y avisamos: son los mejores del juego) que son el arcade puro y los que funcionan estilo Tower Defense. Esto puede resultar sorprendente, porque muchos juegos de este estilo son bastante adictivos. En el caso de Rock of Ages III, no ha sido exactamente lo que esperábamos por diversos aspectos.

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Y es que uno de los primeros elementos a analizar en este producto es el apartado gráfico, que como cabe esperar es bastante, bastante sencillo, pero no por ello menos efectivo en las fases arcade. Ergo no estamos ante un megatón gráfico, de hecho es discreto. Pero aquí viene lo malo: probablemente se han pasado un pelín con las fases estilo Tower Defense. Sí, sabemos que esas son estrategia pura. En ellas, contamos con un tiempo que va descendiendo mientras vienen oleadas de rocas, y tenemos que desviarlas o destruirlas. Para ello, contamos con unos recursos que iremos extrayendo de puntos estilo “mina” (ojo al modo Starcraft que nos marcamos) y que emplearemos para construir trampas, cañones y torres para poner a salvo nuestra fortaleza.

Entonces, las bolas se nos vendrán encima y habrá que ver si estamos teniendo efecto (lo que añadamos ya durante el ataque puede no ser de gran relevancia). Esta es la parte en la que el juego se va a esforzar menos en impresionarnos, con un tamaño de los objetos bastante discreto y dándonos la sensación de por sí de que no estamos ante ningún portento. Por otro lado, es una estrategia bastante light y para, simple y llanamente, poner una “coma” al estilo reposado del título que lo hace tan reconocible a día de hoy. Pero seamos sinceros: cuando muchos de nosotros queremos jugar a Rock of Ages, lo que en realidad queremos es destruir y arrasar cosas a nuestro paso.

Así, en el momento en el que empezamos a hacer rodar nuestra bola (y hay varias que desbloquear… de hecho cuidado que la primera es un montón de ovejas usadas como una gran bola. Inolvidable) y sorteamos trampas y curvas para estamparnos lo más rápido posible contra la puerta del castillo y si es posible, empotrarla dentro de la muralla. La puerta, decimos. Y ale, a disfrutar porque son varios intentos algunos más difíciles que otros. En muchos sentidos nos recuerda al modus operandi de los juegos de móviles, porque vamos a conseguir estrellas por cada nivel superado (según rapidez, intentos, etc) y va a ser como darle al Angry Birds: vamos a ir avanzando consiguiendo un número determinado de las mismas. Así que si hay que repetir y mejorar, se hace.

Por último, el editor de circuitos. Podemos hacer nosotros el recorrido y ponerlo tan fácil o difícil como queramos. Ser creativos es importante y más aún ahora que además podemos compartir los niveles con los colegas. A ver quien estampa primero las bolas, que suena muy deportivo así dicho. Ahora viene lo último en discordia: ¿mando o teclado y ratón? Bueno, es fácil pensar que las fases de estrategia serán más sencillas con ratón. Y esa es la realidad: lo son. No tiene más. Por el resto, se controla de lujo por igual con ambos métodos. De hecho este juego no es muy “de ratón” en las estilo arcade. Y es que a veces, la simplicidad lo es todo.

70

Rock of Ages III es directo y sencillo, aunque a veces la dificultad en algunos puntos apriete más que un dolor de (cualquier parte del cuerpo que queráis poner aquí, que este texto es Family Friendly), y ante todo humorístico y capaz de hacernos pasar un buen rato. Un juego que no busca ser más de lo que es, con un apartado técnico agradable aunque algo limitado pero con un modo arcade de los que apetecen. Y es que a todos nos puede apetecer pegar un buen viaje a un castillo tras esquivar elementos del escenario… o quién sabe, igual defender el castillito (o el del tipo que nos manda su creación). Ni más, ni menos.

Jugabilidad adictiva.
Sencillo y directo
Los niveles tower defense no llenan.
Jugabilidad que no sorprende.
Comentario
Jose A. Rodríguez
Jose A. Rodríguez

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