The Wonderful 101 Remastered no empezó con muy buen pie su paso por la actual generación de consolas. PlatinumGames es una de las compañías más queridas por los jugadores adictos a los videojuegos de acción y hack and slash. De hecho, de algún modo, Platinum se ha convertido a lo largo de los años en prácticamente la representante de dicho género, puesto que se ha consagrado con título de culto como Bayonetta y Bayonetta 2, y ha marcado un antes y un después con títulos como NieR: Automata. Por no hablar de otros como Vanquish en lo que se refiere a shooters o su Metal Gear Rising: Revengeance. También ha tenido sus pequeños fracasos, como Las Tortugas Ninja: Mutantes en Manhattan, no es ningún secreto que nadie es perfecto.
Por eso extrañó de sobremanera cuando una compañía de las dimensiones de PlatinumGames, conocida por todo el mundo y seguida por muchos, anunciase que The Wonderful 101 iba a tener una versión Remastered para PS4, Nintendo Switch y PC a través de una financiación por kickstarter. ¿Realmente necesitaba Platinum una ayuda para traer este titulo de vuelta? De ninguna manera, pero fue una táctica muy hábil por parte de la compañía para asegurarse un mínimo de ventas y así no repetir lo mismo que le ocurrió en 2013 cuando se lanzó el The Wonderful 101 original para Wii U; que no se convirtió en un superventas y los pocos jugadores que se hicieron con él lo metieron directamente en el saco de videojuegos de culto. Y es que por mucho que Hideki Kamiya aclarase que este juego se correspondía con las mecánicas de entonces y no iba destinada a un público especial, lo cierto es que su jugabilidad dice, y muestra, todo lo contrario.
The Wonderful 101 Remastered, para aquellos que no lo sepan, nos convierte en miembros de la unidad Wonderful 100, compuesta por un grupo de superhéroes liderados por Wonder Red que deben salvar la Tierra de una invasión alien. Nosotros, como jugadores, nos convertiremos en el miembro número 100 de ese equipo de élite, dando así ese 101 que luce el juego en su título. Además, también se unirán a este grupo superheroico ciudadanos y militares que vayamos reclutando en mitad del campo de batalla para que, todos juntos, podamos derrotar a los enemigos que Platinum nos plantea en los diversos niveles de la entrega.
Después de desplegar el regreso, por su décimo aniversario, de los ya mencionados Bayonetta y Vanquish en un pack para PS4 y Xbox One, lo cierto es que esperábamos mucho más de esta versión remasterizada de The Wonderful 101, puesto que no arriesga en prácticamente nada y simplemente se limita a trasladar la versión de Wii U para las consolas de actual generación. Es decir, un simple port. Ahora bien, eso no quita que The Wonderful 101 se haya convertido en un mal videojuego, porque no ha envejecido absolutamente nada mal y sus fórmulas siguen siendo de lo más desafiantes para los jugadores a los que les guste el género y, sobre todo, estén interesados en los juegos de Platinum.
Normalmente, la curva de aprendizaje de todos los títulos de acción es más bien rápida. No interesa que los jugadores estén perdiendo el tiempo en comprender mecánicas de estrategia, porque, si tenemos en cuenta que estamos hablando de un hack and slash, aquí se viene a machacar botones y a reventar a todos los enemigos con los que nos crucemos. No obstante, The Wonderful 101 no pone las cosas sencillas. Pero no en sus primeros niveles, incluso cuando ya llevamos unas cuantas horas a nuestras espaldas no es nada fácil encadenar bien los combos y saber en qué momento exacto debemos utilizar a cada Wonder para obtener la máxima puntuación. Tenemos a nuestra disposición a un compendio de personajes principales que representan las armas: Wonder Red puede sacar un puño rojo gigante de la nada, por ejemplo. Mientras que Wonder Green se arma con un pistolón enorme y un lanzacohetes. Cada uno de esos superhéroes tiene un tipo de ataque y unas características que le permite sacar a la luz los puntos débiles de los enemigos para que podamos abatirlos fácilmente. A simple vista parece muy sencillo, pero cuando estamos en mitad del campo de batalla, la cosa se tuerce un poco.
¿El motivo? Porque para invocar a cada Wonder debemos trazar en la pantalla, con nuestro stick derecho en el caso de PS4 y Nintendo Switch, la forma de las armas que queremos utilizar. Con el puño realizaríamos un círculo, y con la pistola haríamos una forma de L. Tener que esquivar a enemigos, recuperar a los soldados caídos de nuestro grupo e ir alternando las formas (siempre vigilando que nuestra barra de energía no se gaste) no es ninguna tontería. PlatinumGames construye aquí un sistema de combate mucho más complejo de lo que parece y con muchas capas que rascar y dominar. No se trata de un simple machacabotones al estilo Devil May Cry o God of War, sino que aquí hay que pensar en todo momento qué transformación vamos a sacar en nuestro próximo movimiento y qué ataque lanzaremos para contrarrestar al rival a la par que nosotros nos aprovechamos de sus puntos flacos. Como decíamos, no es nada fácil controlarlo, pero cuando hacemos una combinación correctamente, la satisfacción interna que provoca es intransferible.
Ahora, puede que ese sistema de combate no esté del todo bien acompañado. La cámara puede jugarnos muy malas pasadas en los momentos de acción, en los que se hace un poco cuesta arriba poder identificar dónde estamos y el estado de nuestros Wonders, puesto que los aliens aparecen en tropel de la nada y el caos reina en la mayoría de enfrentamientos. Lo que termina derivando en que muchos jugadores, por nervios o por desconocimiento de la situación, terminen realizando ese machaque de botones constante que hace que perdamos puntuación y no disfrutemos de lo que verdaderamente The Wonderful 101 puede ofrecer. Por mucho que Platinum insista en que este hack and slash se adecua con las “reglas” actuales y no pretende ser rompedor en la mayoría de aspectos que se plantean del género, las sensaciones que transmite son todo lo contrario.
Estamos frente a un título lineal, y los niveles únicamente pueden completarse si vamos del punto A al punto B, pasando por los caminos delimitados por los responsables del juego (aunque también tiene partes de exploración bastante jugosas que sirven para romper un poco con la monotonía). Y si bien esa ruta “directa” para completar los niveles tendría que resultar sencilla, hay ocasiones en las que el juego no explica exactamente qué debemos hacer, y no es que sea especialmente intuitivo en exceso para tener claro cómo afrontar cada pequeño plataformeo que presenta.
La mayoría de las áreas se pasan utilizando las habilidades de uno de los Wonders, pero hay ocasiones en las que es el propio jugador, como integrante externo de ese grupo de superhéroes, el que debe romperse la cabeza para poder desbloquear la siguiente zona y continuar avanzando en el juego. No nos referimos precisamente a que haya una cantidad excesiva de puzles ni nada por el estilo, pero a The Wonderful 101 no le habrían venido mal una cuantas indicaciones para que el jugador aprendiera qué debe hacer en cada área. Eso, por supuesto, suma horas de juego, pero le resta frenetismo a sus peleas. Eso sí, los quick time event son una auténtica maravilla y todo un desafío para saber hacerlos todos bien a la primera. Ser un superhéroe no es fácil, y un error nos hace caer contra la fuerzas del mal.
Por lo que respecta a su narrativa, podríamos decir que es el segundo plato de The Wonderful 101. No es que Kamiya se haya machacado demasiado la cabeza con esta entrega, ciertamente. Pero lo que es innegable son las sensaciones de estar realmente en un ambiente de superhéroes desde el minuto uno. La música, los momentos épicos (muy parecidos a los de Power Rangers), las secuencias cómicas y las presentaciones de personajes hacen que de verdad parezca que estemos dentro de un largometraje de superhéroes que no pertenecen ni a Marvel ni a DC. Y es que si lo miramos por ese lado, Platinum ha realizado un magnífico trabajo dando vida dentro de un videojuego a una serie de personas con superpoderes que deben salvar el mundo. Un grupo que nace desde cero cuando la fiebre por los superhéroes en el mundo del cine existe desde que se estrenó Iron Man en 2008 a manos de Jon Favreau y ha ido poco a poco en aumento.
