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Análisis de Animal Crossing: New Horizons para Nintendo Switch

Análisis de Animal Crossing: New Horizons para Nintendo Switch

Nintendo nos trae una nueva entrega de la serie Animal Crossing, con la sana intención de permitirnos crearnos nuestro propio mundo en una isla desierta paradisíaca. Lo mejor es que lo consigue, y que probablemente estemos ante el mejor juego de Animal Crossing jamás creado.

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Ya está aquí Animal Crossing: New Horizons. Uno de los lanzamientos más esperados de Nintendo para esta generación de consolas. Y es que desde la última aparición de la saga con el maravilloso New Leaf en noviembre de 2012, ha pasado demasiado tiempo sin que los fans de una saga que ya es un clásico en la familia Nintendo hayan podido deleitarse con una entrega en condiciones. Porque es verdad que entre aquel New Leaf y este New Horizons Nintendo ha intentado saciar nuestro hambre de animales -en sentido figurado- con tres spin-off de la saga. Happy Home Designer (3DS) nos permitía decorar nuestras casas con el inconfundible estilo de la serie. Amiibo Festival (WiiU) nos dejó como único elemento positivo las figuras amiibo de nuestros personajes favoritos, y Pocket Camp, la entrega para móviles, es el intento de Nintendo, con cierto éxito, de acercar la saga a una plataforma que se está convirtiendo en fundamental. Por todo esto se entiende de sobra el revuelo y la impaciencia con la que los fans hemos esperado este lanzamiento. ¿Estará a la altura de lo que esperan sus exigentes consumidores?. La respuesta corta es .

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Antes de que sigas leyendo, y dada la naturaleza del juego, tienes que saber que en este análisis se comentarán algunos aspectos del juego que quizá prefieras descubrir por ti mismo. Por supuesto, y aunque la pequeña historia en la que se basa no es la base importante de la serie, no vamos a contar nada sobre esta, pero quizá haya cosas que prefieras descubrir por ti mismo. Una vez aclarado, vamos a contarte lo que nos ha parecido.

Tras unas primeras horas de juego así lo parece, aunque hay ciertas cosas que los más experimentados echarán de menos y que los que llevan menos tiempo jugando a la saga no entenderán del todo bien, pero vamos con cada cosa a su tiempo.

A estas alturas ya sabes que Animal Crossing, y New Horizons sigue esa línea, es un juego peculiar. Quizá podríamos catalogarlo como un videojuego de gestión de recursos, pero donde mejor encaja es como juego relajante y sin agobios donde tienes que disfrutar del paso del tiempo para poder disfrutar del juego en sí. Animal Crossing: New Horizons es más una mascota virtual donde nuestro trabajo es cuidar y hacer crecer nuestra isla día a día. Y es que la mecánica que utiliza la serie está marcada por el paso de las horas, los días y los meses en tiempo real. Comenzamos como es habitual creando a nuestro personaje con algunas opciones de edición donde podemos elegir el sexo, unos pocos (muy pocos) peinados y un par de opciones para la personalización de la cara, y nada más. Y es que parte de la gracia de este juego reside precisamente en eso, en las opciones de personalización que vamos desbloqueando a medida que jugamos. El mejor ejemplo de esto es la escasez inicial de ropa para nuestro avatar, algo que veremos mejorado ya en las primeras horas de juego.

Otro de los aspectos fundamentales tanto de la serie como de esta entrega en sí, es la tranquilidad que desprende el ritmo de juego. Es cierto que si no eres jugador habitual de la serie te puede desesperar un poco tener que esperar al día siguiente para poder seguir avanzando, pero el hecho de que ciertos tipos de peces e insectos sólo aparezcan a determinadas horas sirve también de motivación para volver a dar un paseo por nuestro pueblo cada pocas horas. Y es que la constancia es lo que más se premia en esta serie, donde necesitamos varios meses -de tiempo real- para poder completar nuestras colecciones, divididas fundamentalmente, y de momento, en peces e insectos.

Porque tanto la caza de bichos como la pesca son las dos actividades a las que dedicaremos más tiempo dentro del juego. Animal Crossing New Horizons es un juego para coleccionistas y completistas, porque la falta de objetivos -más allá de algunas misiones al principio de la aventura- convierte en completar el museo y la lista de criaturas en el gran objetivo final. Para eso tenemos que armarnos con dos cosas. La herramienta pertinente y grandes dosis de paciencia.

Las otras actividades posibles dentro de la isla son la recolección de frutas y de materiales, lo que nos lleva a hablar respectivamente del modo online y de una de las grande novedades de esta entrega, la creación de herramientas y objetos.

Su componente online

La relación que la recolección de fruta mantiene con el modo online es directa, puesto que en nuestra isla asignada sólo contamos con un tipo de fruta autóctona dentro de las cinco posibles. Es cierto que uno de los primeros regalos que nos hace el juego son tres piezas de fruta distintas a las nuestras, y que deberíamos plantar de inmediato para tener árboles frutales diferentes. La importancia de esto radica en su impacto directo sobre nuestro bolsillo, puesto que la fruta de otras islas se vende en nuestra tienda a un precio mucho mayor que la autóctona. Y aquí es donde entra en juego el modo online. Para conseguir las otras tres frutas que nos van a faltar dentro de las cinco variedades (peras, manzanas, naranjas, cerezas y melocotones) tenemos dos opciones. Visitar una isla aleatoria como veremos más adelante o visitar o invitar a un amigo que disponga de frutas diferentes.

Las quejas de la comunidad, muy fundadas, se basan principalmente en la forma en que Nintendo ha implementado la conexión, haciendo que nuestra partida se pause durante varios segundos cada vez que un visitante entra o se va de nuestra isla. Esto acaba convirtiendo el modo online en algo que sólo querremos usar con uno o dos amigos, puesto que aunque cada isla tiene capacidad para hasta ocho personas, sólo un grupo que esté completamente de acuerdo en conectar y desconectar prácticamente a la vez va a permitir que el juego sea fluido. Además, mientras la conexión online está activa muchos de los eventos aleatorios y de opciones del juego desaparecen, como por ejemplo decorar nuestra casa. Tampoco podemos regalar muebles o insectos de forma directa, por lo que si añadimos que ha desaparecido la opción de visitar a gente desconocida que sí teníamos en New Leaf, queda un modo completamente descafeinado y bastante testimonial. Algo que se escuda en la intención de Nintendo de hacer que el progreso en el juego sea adecuado a su ritmo, intentando evitar por todos los medios que algunos usuarios completen colecciones antes de tiempo. Y aquí tenemos que hablar de la otra gran queja de la comunidad, el modo cooperativo.

A pesar de que Nintendo ya había dicho que en Animal Crossing: New Horizons sólo es posible contar con una isla por consola, los jugadores que comparten su Switch con sus parejas han puesto el grito en el cielo debido a que el segundo jugador depende en todo momento de que el primero desbloquee partes de la historia para seguir avanzando. Por ejemplo, no puede hablar con Tom Nook para desbloquear herramientas si no que tiene que esperar a que el portavoz lo haga y comprar después con su personaje los planos de creación de dichas herramientas. La decisión de sólo una isla por consola es completamente entendible, puesto que si nos permitieran tener una isla por perfil no serían pocos los que crearían varios perfiles para tener todas las frutas y los dos hemisferios -con su consiguiente cambio de climatología- desde el primer día. Algo que acabaría con la esencia de Animal Crossing y que haría inevitable que los foros y redes sociales se llenasen de fotos y comentarios reventando la sorpresa a quienes preferimos esperar pacientemente para verlo todo.

Hablábamos antes de la creación y modificación de objetos, una de las novedades de esta entrega. Las otras dos son las islas aleatorias y las millas Nook, una especie de logros que además nos permitirán comprar algunos objetos especiales.

Las millas Nook son la recompensa por realizar ciertas tareas, son una especie de logros dentro del juego y además con ellas, como hemos dicho, podemos acceder a ciertos elementos que no podríamos comprar de otra forma. Por ejemplo, al pescar nuestro primer pez, nos dan un logro con 100 puntos (millas). Más tarde, al pescar nuestro pez número 50 otro sello en el pasaporte de millas y sus correspondientes puntos. Así con todas las tareas. Coger leña, cazar bichos, cambiarnos de ropa.. absolutamente todas las acciones tienen su recompensa.

Animal Crossing: New Horizons - Herramientas, propósito y cómo desbloquearlas

Hay una amplia variedad de herramientas en Animal Crossing: New Horizons. Aquí tenéis una lista de todas las herramientas disponibles en el juego, su función y, lo más importante, cómo desbloquearlas.

La otra gran novedad de la entrega y lo que afecta de forma más directa a la jugabilidad es algo que, esperemos, ha cambiado el mundo de Animal Crossing para siempre. La creación de objetos es algo obligatorio en esta entrega, por lo que lo es también la recolección de materiales. Todos los objetos clave de Animal Crossing: New Horizons tienen que ser hechos en los bancos de creación. La caña, el hacha, la red y todas las herramientas que utilicemos tendrán que ser previamente hechas por nuestras manos. Para crear cada una de estas herramientas o los objetos decorativos que usemos necesitamos una receta que nos será proporcionada por Tom Nook o algún otro personaje clave si es una receta necesaria para avanzar en la historia, o que encontraremos en botellas abandonadas en la playa o en los globos que llevan surcando años los cielos de Animal Crossing. Una vez aprendamos la receta, y si contamos con los materiales necesarios, podremos crear el objeto que queramos.

Y es esta recolección de materiales lo que nos va a llevar más horas de juego, especialmente durante las primeras partidas. Hacer crecer la tienda, por ejemplo, nos requerirá cierta cantidad que en un principio no será fácil de conseguir. Para facilitar esta tarea contamos con los tickets de viaje que nos permitirán acceder a islas aleatorias offline dentro del juego, otra de las novedades, donde podremos recoger hierro, madera y si tenemos suerte bambú y otras frutas distintas a las autóctonas de nuestra isla. Estos pequeños viajes se van a convertir en una constante, puesto que aunque lo más normal es que aterricemos en una isla cercana, y por tanto de estructura y con materiales similares a los que encontramos en la nuestra, de vez en cuando nos tendremos la suerte de acabar en una isla especial cuyo contenido no vamos a desvelar para preservar la sorpresa.

En el apartado visual y sonoro el salto generacional no es tan grande como quizá podríamos esperar, y Nintendo ha vuelto a ser conservadora en el aspecto del juego, lo que afecta directamente a la cámara, que sigue igual que en anteriores entregas. Si alguien tenía la esperanza de una cámara libre que nos dejase libertad de movimientos, o incluso nos permitiese cambiar la orientación de los edificios y darle así un aspecto más único a nuestra isla, se va a llevar una pequeña decepción. Lo que se gana en este sentido es que vamos a sentirnos como en casa en cuanto pongamos un pie en la isla, ayudando a que nuestra transición desde juegos previos sea más suave. De nuevo es una decisión que gustará a algunos y menos a otros, y en lo que a nosotros se refiere, está bien que conserve la esencia de la saga sin arriesgar demasiado, al menos en esta primera entrega en esta generación.

Donde sí se ve la mano del inexorable paso del tiempo es en la forma de acceder al mapa, los programas de millas, los diseños personalizados, la conexión online y otras cuantas opciones. Contamos para ello con un terminal de teléfono, proporcionado otra vez por Tom Nook, que nos va a permitir acceder a todas las opciones con un par de clics. Algo que además de darle un toque más moderno, nos va a resultar muy cómodo.

Hemos comentado ya algunos de los aspectos negativos más criticados del juego, pero uno de los más inconcebibles es el nulo uso de la pantalla táctil, algo incomprensible cuando incluso en New Leaf podíamos elegir elementos del inventario con la zona táctil de nuestra 3DS. Vivmos ya hace años rodeados de pantallas táctiles en nuestro móvil o nuestra tablet, y los más pequeños han nacido directamente con esa intuición. Basta poner un ejemplo. La más pequeña de mi casa está empezando a desarrollar el gusto por los videojuegos de su padre, y con la temática de Animal Crossing estaba claro que se iba a interesar por él. Pues su primera reacción al ver el inventario fue la de tocar los elementos para seleccionarlos, algo que también me ha pasado a mi, y estoy seguro de que a muchos más. La obligación de tener que seleccionar con joystick y botón es algo difícil de entender, cuando tienes los medios a tu disposición para hacerlo de forma mixta. Y si hablando del inventario es inexplicable, si hablamos del modo de personalización de diseños, el problema se agrava. Cuando tienes una pantalla táctil para utilizar y te obligan a dibujar tus diseños usando el joystick, es un recorte gratuito e inexplicable que le resta calidad al juego a cambio de nada.

In Memoriam

Estaba claro que la llegada de los nuevos tiempos, los discos duros internos y la estandarización del autoguardado iban a terminar con uno de los personajes más míticos a la vez que molestos de la saga. Ya no pasa nada por apagar la consola sin guardar, una vez que volvamos a encender empezaremos desde el último autoguardado, lo que nos evitará la molesta charla del señor topo, algo que a la vez echaremos de menos.

También han desaparecido otros personajes míticos, aunque los rumores dicen que llegarán en futuras actualizaciones Descanse en paz, Mr. Resetti, porque aunque el personaje aparecerá en forma que no vamos a desvelar, se echarán de menos sus charlas cuando intentábamos hacer trampas.

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Animal Crossing: New Horizons es un videojuego absorbente, que requiere muchas horas de juego para sacarle todo el jugo. La peculiaridad de que esas horas las tenemos que repartir en varios meses es la gran característica de la saga, así que quizá más que un juego podemos decir que es nuestra mascota virtual. Es evidente que esto lo convierte en algo no apto para todos los jugadores, y si no eres capaz de entender su sistema de juego, que prácticamente te obliga a parar pasadas un par de horas de juego, por la imposibilidad de seguir avanzando hasta el día siguiente, va a usar esta mecánica para criticarlo. Pero es que precisamente la magia de esta saga reside ahí. Esta nueva entrega es continuista, y va a darnos a quienes esperábamos más Animal Crossing justo lo que queríamos. Más suave, más bonito y más grande que en entregas anteriores, New Horizons le quita el trono a New Leaf como mejor juego de la saga.

Las novedades, especialmente la de creación, añaden a su mecánica tranquila algo que hacer y con lo que llenar las horas.
El nuevo sistema de logros nos dará una razón más para ir a pescar ese pez que se nos resiste.
La certeza de que habrá contenido descargable que prologue y mejore la experiencia.
La nefasta gestión del modo online que lo convierte en algo testimonial. Está porque tiene que tenerlo.
La entendible controversia con la decisión de mantener una sola isla por consola.
El miedo a que se convierta en un juego por fascículos y dependa demasiado de DLCs futuros.
Comentario
Wako

¡Detrás de ti, un mono de tres cabezas!

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